Capítulos: Selecciona otro comentario:

   

Jesús, la vid verdadera, Jn 15:1-17 

Jn 15:15 "Un “siervo” queda lejano a los pensamientos y proyectos de su amo, aunque puede ser amado por él. En cambio, con los “amigos” se comparten sueños, planes y esperanzas. Esta es la nueva relación que Cristo tuvo con sus discípulos y tiene con sus seguidores en la actualidad. Ha hecho conocer todos los propósitos de misericordia y amor que el Padre le encargó efectuar para la salvación del mundo. Un discípulo que no ha avanzado en su amistad con el Señor Jesús sólo conoce las cosas superficiales de las Escrituras. Si día a día mejora su caminar con Cristo llegará a conocer los secretos de Dios (Sal 25:14; Amos 3:7)."

La sección de 15:12-17 empieza y termina con la misma nota: “Este es mi mandamiento; esto os mando”. En el v. 10 ha hablado de los mandamientos dados, pero aquí nombra solo uno, ya que este incluye a todos los demás: “que os améis los unos a los otros”. Amar al hermano es un precepto, y el amor es una decisión, una acción de la voluntad. El cristiano se caracteriza por amar a los demás.

“Como yo os he amado” es la medida del amor que debe existir entre los hijos de Dios, entre sus discípulos, entre los pámpanos. Un amor tan grande que es capaz de morir por los que son sus amigos. Ver a Jesús muriendo sobre la cruz es el mejor medio de inundarse en la grandeza de su amor. Pero el amor de Cristo fue más allá de sus amigos, llegó hasta sus enemigos (Ro 5:8).

Jesucristo presenta la condición para poder ser sus amigos: “si hacéis lo que os mando”. Abraham fue llamado “amigo de Dios” (2 Cro 20;7; Is 41: 8; Stg 2:23); esta amistad con Dios deriva de su disposición a obedecerle con fe. La obediencia a su mandamiento de amar a nuestros hermanos, como Él nos ha amado, dará como resultado ser llamados “amigos” de Jesús.