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Jesús, la vid verdadera, Jn 15:1-17 

Jn 15:16-17 "No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. Esto os mando: Que os améis los unos a los otros."

Los discípulos no habían elegido al Maestro, sino que Él los eligió. Esto no es la negación del libre albedrío del hombre, sino la afirmación de que el hombre separado de Cristo es incapaz de dar fruto. Jesucristo eligió a sus discípulos de en medio del mundo (v. 19), los llamó para ser apóstoles y les otorgó dones (Mt 10:1). Todo lo anterior con un primer propósito: “para que vayáis y llevéis fruto y vuestro fruto permanezca”. El compromiso del cristiano maduro es vivir consciente de que ha sido elegido por Dios para salvación y dar fruto abundante.

El segundo propósito es “para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé”. Permanecer en la vid y llevar fruto asegura al discípulo la respuesta de sus oraciones.

Jesucristo reiteró su mandamiento a los discípulos: “que os améis los unos a los otros”. Así como el pámpano no puede dar fruto separado de la vid, de la misma manera las ramas se necesitan unas a otras.

Nota Doctrinal: Afirmar que este versículo da pie a la doctrina de la predestinación es un error común para quienes tienen inclinación hacia tal postura teológica. Es posible llegar a dicha conclusión si no se hace un análisis serio de la palabra elección, el cual llevará sin duda a entender que elección no es imposición; esto es, que Jesús eligió a los discípulos, pero sin duda fue decisión suya obedecer el llamado recibido. Finalmente, es posible llegar a esa conclusión si se deja de lado otros pasajes que arrojan luz sobre el tema, empezando por considerar la realidad del hecho de que Jesús seleccionó a los 12 discípulos, pero eso no evitó que uno de ellos se perdiera, Judas, quien habiendo recibido el llamado lo rechazó y decidió voluntariamente traicionar a su Maestro. Un fuerte argumento este último.