Hasta ahora Pedro se ha atrevido a seguir a su Maestro. El “otro discípulo”, nos dice la tradición, es el mismo escritor del evangelio, Juan. Probablemente, el ser conocido (del griego: gnostos, que indica a veces un simple conocido y otras veces hasta un pariente) del sumo sacerdote se debía, según la tradición, a que el padre de Juan era dueño de una empresa de pescado salado, y abastecía de este alimento la casa del sumo sacerdote.