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Jesús ante el sumo sacerdote, Jn 18:12-14.

Jn 18:13-14 “y le llevaron primeramente a Anás; porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote aquel año. Era Caifás, el que había dado el consejo a los judíos, de que convenía que un solo hombre muriese por el pueblo ".

Anás era el suegro del sumo sacerdote actual, era astuto y cruel. Aún ejercía mucha influencia pues había estado en este cargo durante los años 6 al 15 d.C., y sus hijos habían ocupado el puesto. Era un hombre de madurez y experiencia. El deber de “sumo sacerdote” había perdido su propósito divino. Ahora era tema de polémica, confabulaciones, corrupción y cohechos. William Barclay, en su Comentario del Nuevo Testamento, Volumen VI, pág. 250, dice: El sumo sacerdote era el gran colaborador, el hombre que compraba la comodidad, la facilidad, el prestigio y el poder a costa de gastar dinero en sobornos y de colaborar estrechamente con los señores de su país”.

Juan es el único evangelista que menciona que Jesús fue llevado ante Anás. Esta es la segunda indignidad cometida contra Cristo, pues Anás no debía juzgarle. Pero este sumo sacerdote había estado esperando el momento de ver la ruina del galileo, que se atrevió a desafiar el dominio sacerdotal en el templo cuando lo purificó de la avaricia existente.

El escritor aclara que fue Caifás quien, tiempo atrás, había dado consejo en el Concilio (Jn 11:47-53) de ejecutar a Jesucristo. Todo estaba planeado.