He aquí el episodio más trágico en la vida espiritual de Pedro. Mientras Jesús está siendo interrogado Pedro se calienta junto al fuego con los alguaciles. Por segunda ocasión le preguntan si es discípulo de Jesús y él niega la relación. En tanto, un siervo del sumo sacerdote, pariente de Malco, testifica que Pedro estaba con Jesús cuando lo arrestaron. Pedro se siente acorralado, pierde la calma y vuelve a negar a su Señor. Entonces tal como lo había dicho Cristo (Jn 13:38), el gallo cantó. (Los romanos tenían una costumbre militar y dividían la noche en cuatro guardias: 6 a 9; 9 a 12pm; 12 a 3; 3 a 6am. En seguida de la tercera guardia los soldados cambiaban de turno y para señalarlo se tocaba una trompeta a las tres de la mañana. A este toque se le llamaba alektorophonia en griego).
Parece ser que el guardia que tocaba la trompeta se guiaba por el canto de los gallos. El sonido de la trompeta, más fuerte que el canto del gallo, sonó esa noche por toda la ciudad, pero retumbó como nunca en los oídos de Pedro. El apóstol recordó las palabras de Jesús: “Te aseguro, antes de que el gallo cante, tres veces dirás que no me conoces” TLA.
Mientras el Maestro se enfrentaba a la violencia de las autoridades (Mr 14:65) uno de sus principales discípulos negaba toda relación con él. Probablemente a Jesús le dolió más la negación reiterada de Pedro que la violencia física y la burla de los alguaciles.
Juan, quien era amigo de Pedro, no profundiza en los detalles de la negación. Otros evangelistas mencionan que Cefas negó hasta con juramento (Mt 26:72) y que lloró amargamente (Mt 26:75).