Pilato pensó que tenía una manera de liberar a Jesús y a la misma vez darle gusto al populacho judío. La costumbre a la que alude se trataba de una vieja concesión romana: En la Pascua las autoridades podían liberar cualquier preso designado por el pueblo. Esta es la séptima pregunta de Pilato: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?