Selecciona otro comentario:



Jesús es sepultado, Jn 19:38-42.

Jn 19:40-42 “Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, según es costumbre sepultar entre los judíos. Y en el lugar donde había sido crucificado, había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no había sido puesto ninguno. Allí, pues, por causa de la preparación de la pascua de los judíos, y porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús ".

Las circunstancias no podían ser más especiales. El maestro había muerto, y el pensamiento de que todo había terminado los llevaba a prepararse para continuar con su vida. El día de reposo solemne por causa de la pascua estaba a minutos de empezar, era necesario quitar el cuerpo de Jesús de la cruz y, por lo menos, guardarlo para después, y hacer los arreglos adecuados. Por lo pronto, solo las especies aromáticas preparadas por Nicodemo eran suficientes para preparar el cuerpo y dejarlo en el sepulcro.

Textos Controversiales: La costumbre de los judíos para sepultar no era como la de los egipcios que, al embalsamar, tenían que abrir el cuerpo para quitar todos los órganos principales. Los judíos no mutilaban el cuerpo bajo ninguna circunstancia, pero si lo “arreglaban” para evitar el olor que iba produciéndose y retrasar un poco la descomposición. De esa manera, con cuidado, el cuerpo de Jesús fue colocado en un lienzo grande y, mientras con más lienzos iban envolviendo el cuerpo, en cada paso colocaban las especies traídas por Nicodemo hasta terminar de envolver todo el cuerpo. Al terminar tenían el cuerpo perfectamente envuelto y cubierto de pies a cabeza por los aromas del compuesto de mirra y áloe.

Para Meditar Si no se puede definir con certeza total el lugar de la crucifixión, es todavía más difícil encontrar el verdadero sepulcro donde fue puesto el cuerpo de Jesús. Pero, de ser importante, ¿no sería Dios mismo quien nos hubiera dejado en su Palabra el lugar preciso? Olvidamos que los seres humanos somos muy fáciles de manipular, religiosamente hablando.

¿No fue así con el cuerpo de Moisés que Dios escondió, como coinciden la mayoría de los eruditos, para evitar que el pueblo de Israel le rindiese adoración? (Dt 34:5,6). Aunque conocer las tierras palestinas donde caminó el Señor y ocurrieron la mayoría de los hechos que nos menciona la Biblia es una experiencia enriquecedora, y además, la investigación arqueológica trae sin duda sustento científico a la Biblia, debemos cuidar de no buscarlos por los motivos equivocados. La madera de la cruz, las espinas de la corona, el sudario, la copa de la cena del Señor y tantos otros elementos cuyo valor principal no se debe encontrar en ellos mismos, sino en darnos la certeza de que Jesús es real y que en verdad vivió y murió y fue sepultado en una tumba por amor de todos nosotros.