Selecciona otro comentario:



Testimonio de Juan el Bautista, Jn 1:19-34 (Mt 3:11,12; Mr 1:7,8; Lc 15-17)  

Jn 1:26-27 “Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis. 27 Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado” 

Juan no discutió acerca de su autoridad para bautizar. Nuevamente desvió la atención de sí y la enfocó en el Mesías. Habló del Ungido como alguien que venía después de él, y que además era mayor que él, que bautizaría con el Espíritu Santo (Lc 3:16). El Mesías es tan grande que Juan se sintió indigno de siquiera desatar la correa de su calzado, una tarea que solamente hacían los esclavos.

Para Meditar: Observemos en cada una de las respuestas de Juan el Bautista que nunca hubo interés en él por hacerse de un renombre. La actitud humilde de este siervo del Señor nos debe estimular a nosotros a evitar la tentación de usurpar, aunque fuere un poco, la gloria que sólo le pertenece a Cristo. Hablemos más de la majestad del Salvador y exaltémoslo solamente a él.

Juan el Bautista dijo a esa delegación de judíos que el Mesías ya estaba presente. Sin embargo, los líderes religiosos estaban tan ciegos espiritualmente que no lo habían reconocido. Pero solo los necios se aferraban a su incredulidad y rechazaron al Salvador del mundo. Demos gracias porque no caemos en esa categoría.