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Las bodas de Caná, Jn 2:1-12  

Jn 2:3-4 “Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaban allí la madre de Jesús. 2Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos” 

Para la tradición judía, era considerado una vergüenza que una boda se quedara sin vino antes de tiempo. Lamentablemente, para los novios eso significaba dar por terminada la celebración y ser objeto de murmuraciones. Por otra parte, María sintiéndose responsable por lo sucedido acudió a Jesús en busca de ayuda para resolver el problema. Algunos comentaristas opinan que la familia de los novios no era muy acomodada, por lo que su escaso presupuesto no alcanzó para más vino. Aunque el hecho de tener un maestresala con sirvientes,puede revelar que tenían un presupuesto más o menos razonable (v.9). María, confiando en la sabiduría que ya había mostrado su hijo, confiaba en que él sabría cómo salir de la situación. No le pidió nada específicamente, pero si confiaba que en que él haría algo al respecto.

La respuesta de Jesús: ¿Que tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora”. Ha dado lugar a interpretaciones interesantes. La primera, en cuanto a la aparente ruda manera de llamar a su madre. Debe decirse que era común decirle mujer a la madre en esa cultura y en ninguna forma, falta de respeto. Y en cuanto a argumentarle, sobre por qué esperaba que él resolviera el problema, se explica de alguna manera, con la siguiente frase de Jesús: Aún no ha venido mi hora. No debemos culparla, ella sin ninguna duda, se enteró de su reciente bautizo en el Jordán y de la declaración de Juan al ver a Jesús acercarse al río: He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” con toda la explicación complementaria de lo que Jesús era (1: 29-34) y lo que María sabía y esperaba.

Aunque existen muchas formas de bosquejar el evangelio de Juan, algunos comentaristas lo dividen en dos partes muy generales: la primera, que comprende la mitad del libro del 1:1 hasta el 12:11, antes de entrar a Jerusalén para su última semana. Y la segunda parte, con todo lo que ocurrió en esa trascendental semana, llamada de la Pasión y muerte, incluyendo sus profundas enseñanzas, la crucifixión y su resurrección victoriosa.

Esa categorización sobre la primera parte, la justifican por las repetidas ocasiones en que Jesús les pidió a los receptores de un milagro, o a sus discípulos que no lo comentaran y contaran (Jn 7:6,8,30; 8:20). Es decir Jesús, sabiendo de las ideas equivocadas sobre el Mesías, no se reveló abiertamente a Israel, aunque sí realizó numerosas “señales”, que Juan llama desde el 2:11 “principio de señales”

Para Meditar: Quedarse sin vino en los primeros días de la fiesta era considerado una falta grave. Lo más probable es que dieran por terminada la fiesta y la familia de los novios quedaría muy mal ante la sociedad. Sin embargo, en la lista de invitados figuraba un carpintero, hijo de María, que no brillaba por tener un viñedo, pero que sabía todo sobre la resolución de apuros. María acude a él en busca de ayuda. Igual que nosotros podemos hacerlo cuando el negocio va a la quiebra, cuando el hijo tiene adicción a las drogas, cuando el trabajo se acaba o cuando el doctor da un diagnóstico negativo. Este invitado tiene la cura, la solución y también el camino. Los novios empezaron mal, pero gracias a Jesús terminaron bien. Porque cuando Él se involucra en el problema, las cosas cambian; y aquello que pudo haber terminado mal, finalmente Jesús lo cambió para bien..