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Jesús y Nicodemo 3:1-21  

Jn 3:20-21 “Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras sean reprendidas. Más el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios" 

Estos versículos nos presentan un contraste entre el hombre que odia la luz y aquel que practica la verdad: El primero rechaza la verdad de Jesucristo pues sus acciones son de continuo malas y no desea dejar esa vida, por eso sus obras son reprendidas. En cambio, quien cree en la Luz que fue enviada por Dios Padre al mundo, experimenta un nuevo nacimiento. Ahora amará la verdad y la practicará, pues sus obras son hechas en Dios.

Esta fe, no es teórica, es práctica: “más el que practica la verdad viene a la luz”. Juan 3:19 hace referencia a los versos 1:4 y 9. El hombre que no cree en Jesús vive en tinieblas, practica la maldad y sus obras son malas. Dios no condena a los hombres, ellos mismos acarrean condenación (del griego: κρίσις: juzgar o condenar) a sus almas, aborreciendo (griego: μισεῖ: odiar) a Jesucristo, la luz que vino al mundo. El propósito de Dios al enviar la Luz a este mundo fue salvar, no condenar.