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Jesús sana al hijo de un noble, Jn 4:46-54

Jn 4:47 “Éste cuando oyó que Jesús había venido de Judea a Galilea, vino a él y le rogó que descendiese y sanase a su hijo, que estaba a punto de morir" 

Los relatos de los milagros hechos por Jesús, tanto en la región de Judea como en Galilea, los había escuchado este oficial real. Por eso, buscó a Jesús, tan pronto escuchó que había llegado a Caná.

“Le rogó”: el verbo en griego está en el tiempo imperfecto, indicando que la petición fue de manera repetida y continua. De la manera como se debe rogar pidiendo que Jesús envíe obreros a cosechar. “Por tanto rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies” (Lc 10:2)

“Sanase a su hijo” es una petición concreta por una necesidad concreta: su hijo estaba al borde de la muerte.

Para Meditar: En este versículo encontramos los requisitos para que se operen los milagros. 1) Haber escuchado acerca de Jesús. Los milagros que había hecho el Señor se oían en todas partes. Romanos 10:17 dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. La fe inicia y se incrementa al escuchar lo que Dios hace en otros. 2) Se debe pedir específicamente. Si se desea el milagro se debe hacer la petición repetida y constantemente. Jesús lo ilustró a través de la parábola del “amigo inoportuno”. 3) La petición debe ser explicita y clara. El oficial declaró su necesidad: “sana a mi hijo, está a punto de morir”.