La sanidad del hombre fue inmediata según lo indica el verbo griego. El enfermó obedeció a Jesús y se operó su sanidad. “…era día de reposo” hace la acotación el escritor. Es importante este detalle, pues aquí inicia la controversia entre los judíos y Jesús respecto a su relación con la ley. Juan nos narra en pasajes anteriores otros debates que se suscitaron entre Jesús y los judíos: La purificación del templo (2:18) y el asunto del bautismo (4:1).
Para meditar: No importa el tiempo que estemos padeciendo una enfermedad o situación adversa. Lo que necesario para que salir de allí es: 1) Reconocer nuestra necesidad de ayuda; 2) Desear salir de esa situación con una actitud de desechar todo lo que estorbe; 3) Ser sensible a la voz de Jesucristo y 4) Obedecer sus órdenes. Al observar Jesús esa disposición, el milagro estará muy cerca de realizarse.