Nuevamente Jesús alude a su total dependencia del Padre, apelando a ello para declarar que quien cree en él, de igual manera vivirá por su relación y unión a Cristo. En el v. 58 reitera la comparación del maná con el pan vivo, misma que había hecho en versículos anteriores, aunque muy sutilmente Jesús está comparando la ley con la gracia. La ley, aunque buena, era insuficiente para salvar; la gracia, era y es suficiente para salvar, no a una sola nación, sino a todo el mundo.