Surge nuevamente la burla de los judíos con la pregunta: “¿Tú quién eres?”, como si no lo supieran o se desentendieran de la situación a manera de burla; así lo hacen, quizá por la afirmación de Jesús sobre el “Yo soy”, como cuestionando dicha afirmación. Las respuestas de Jesús han tenido una serie de interpretaciones: “Lo que desde el principio os he dicho”, sin embargo, y a decir por las palabras que siguen, Jesús sigue firme en su postura de un heraldo de la verdad, enviado por su Padre para proclamar la verdad en juicio y en justicia. Es por eso que sin tapujos les advierte: “Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros”, porque quien le había enviado “es verdadero” y lo que él decía y enseñaba a la humanidad, lo había escuchado de su Padre. Lamentablemente, la razón estaba tan aturdida y cegada por muchas cosas, que “no entendieron que les hablaba del Padre”.
Para meditar: No dudemos jamás, en nuestro peregrinar diario, de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, enviado por el Padre para morir por nuestros pecados y librarnos de la condenación eterna. No hagamos duro nuestro corazón como los judíos del tiempo de Jesús, que pretendiendo ser religiosos y defender su ley, terminaron crucificando al Rey de la gloria. Al contrario, seamos sensibles a su voz, y agradezcamos a Dios por su don inefable.