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Jesús sana a un ciego de nacimiento, Jn 9:1-12  

Jn 9:3-5 “Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo"

El ministerio del Señor Jesús no fue improvisado, si no que conocía perfectamente el plan de redención y sabía que su tiempo en esta tierra tenía un propósito. Lo que El hizo fueron las obras de Dios, y las hizo cada una en su tiempo.

Debe entenderse que Dios había permitido esta enfermedad para mostrar su poder. Ninguna de las opiniones de los discípulos fueron la razón de la ceguera de aquel hombre. Es erróneo concluir que cada instancia de sufrimiento surge inmediatamente de un acto particular de pecado; como también es incorrecto afirmar que Dios permite momentos de angustia solo porque tiene la intención de operar un milagro. En la soberanía de Dios, el sufrimiento de este hombre tuvo su lugar y objetivo. Jesús reveló en ello su propio diseño práctico, y probó su poder divino. La idea correcta de este milagro fue la manifestación de las obras de Dios través de su Hijo.

El tiempo que Jesús tuvo para hacer las obras del Padre fue limitado, “mientras sea de día”, es decir, mientras que dure la vida. Jesús se presentó a sí mismo como la fuente de la luz espiritual suprema, de la cual la natural está a punto de terminar.

Juan identificó a Jesús como la Luz del mundo, y la noche implica la salida de Jesús del mundo. Esa partida se estaba acercando, la luz pronto se retirará, y las tinieblas reinarán por un tiempo, pero no para siempre. Juan vio el significado de la declaración de Jesús: luz soy del mundo no como definición metafísica de la persona de Jesús, sino una descripción de su efecto sobre el cosmos.

Para meditar: Solo Dios sabe por qué algunas personas nacen con desventajas. Los discípulos vieron la condición de aquel hombre como una indicación del desagrado divino, pero Jesús lo vio como una oportunidad para la gracia divina.

Nota controversial: Se ha propagado la doctrina de las maldiciones generacionales, la cual afirma que las enfermedades actuales tienen sus raíces en pecados cometidos en la antigüedad, y que por ello se debe hurgar en el pasado familiar. Pasajes como Éxodo 20:5, 6; 34: 6,7; Números 14:18 y Deuteronomio 5:9,10 son utilizados por algunos para promover esta enseñanza herética. El testimonio de Juan en este capítulo no describe a Jesús investigando sobre el pasado familiar del ciego. Jesús fue conclusivo al expresar que aquella enfermedad tenía el propósito de manifestar la gloria de Dios, y tal acción fue un principio que se debe aplicar