El hombre es sustentado por pan, se le considera al pan como una unidad básica de existencia (1 S 2:36). En Génesis 3:19 se muestra que el hombre se ganaría su sustento (pan) con el sudor de su frente. La expresión es simplemente reconocer que el alimento proviene de Dios. Algunos hoy día no dan gracias a la hora de comer, lo consideran un error o un arcaísmo. Sin embargo, Jesús dio gracias muchas veces por los alimentos (Mt 15:36; Mr 8:6; 14:23; Lc 22:19). Pablo, en medio de un naufragio, se dio tiempo de dar gracias por los alimentos (Hch 27:35). No orar dando gracias por el pan cotidiano es una arrogancia que pone al hombre como dueño de su sustento y vida, cuando en realidad es el Señor que nos provee de cada bocado de pan.