La puerta estrecha, Lc 13:22-30 (Mt 7:13-14, 21-23)  

Lc 13:24-26 “Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste”.

Esforzaos: Definitivamente Jesús confirma la idea de que son pocos los que se salvan y para ello la respuesta comienza con un imperativo presente denotando que no será nada sencillo e implica responsabilidad del discípulo.

El verbo griego “agonizesthe” (esfuércense continuamente) indica una orden o petición de luchar con intensidad y esfuerzo constante para alcanzar la meta.2

“la puerta angosta”. Esta es una figura perteneciente a la enseñanza rabínica de ese tiempo. Y siempre aludía al juicio divino y por lo tanto, al arrepentimiento o retorno al camino de Dios, cumpliendo o practicando de manera sincera la Ley. Sin embargo, también se presenta a Dios como un pastor amoroso y cuidadoso con sus ovejas.

Jesús propone lo mismo que La Mishna en el tratado de Rosh Hashanah (Año Nuevo) El mundo es juzgado en cuatro tiempos durante el año. En la Pascua por el grano; en la Fiesta de las Semanas, por los frutos de los árboles; en Rosh Hashanah ( día de año nuevo), todos los habitantes del mundo pasan delante de él como rebaños de ovejas (el comentario rabínico agregaba: que pasan a través de una puerta angosta, de tal manera que ninguno es perdido en la cuenta).

En esta figura Jesús presenta la puerta angosta como el arrepentimiento genuino que es el acceso al reino de Dios. Sin embargo, se presenta a sí mismo como la puerta misma del arrepentimiento.
Presenta a Dios como el rey-juez, pero también como el padre amoroso. De esta manera, Jesús presenta el mensaje del reino de Dios que se ha acercado y la urgencia aquí es un regreso genuino a los caminos de Dios, no solamente para su interlocutor, sino, para todos los que escuchaban.

Para Meditar: Este es el mismo llamado que Jesús hace a todos los que buscan respuestas acerca de la salvación. Un arrepentimiento genuino es necesario y solamente a través de su obra podemos acceder al reino de Dios.

2 Compendio del Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, s.v. “ἀγωνίζομαι”