Siempre ha habido personas utilizadas por el enemigo que tratan de amedrentar a los hijos de Dios, estos fariseos querían evitar que el hijo de Dios concluyera la obra perfecta dentro del plan divino. Con autoridad y sin temor alguno, mandó decir a aquel astuto, cobarde e insignificante Herodes que aun no había concluido la obra, faltaban enfermos que sanar y demonios que echar fuera.
Dos veces se refiere a un lapso de tiempo “hoy y mañana y pasado mañana” Un tiempo breve, pero continuo. Jesús no interrumpiría su trabajo, sino que llegaría a Jerusalén donde sería consumada su obra.
Para meditar: en el andar del creyente siempre hay situaciones que le pueden amedrentar para continuar predicando el evangelio del arrepentimiento, sin embargo hay que cumplir. Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio. 2 Timoteo 1:7