Esta parte del cántico habla proféticamente de Juan. Su padre le dice que le van a llamar profeta del Altísimo, abriendo camino delante del Señor. Palabras que el ángel Gabriel meses atrás le había dicho en el templo (1:16.17), pues predicaría el arrepentimiento y la salvación de las almas.
Enseguida vuelve a referirse al Cristo, algunos comentaristas mencionan que Lucas anexó estas últimas frases, no hay fundamento para afirmarlo en su totalidad; en cambio, este capítulo se complementa maravillosamente con todo el cántico del padre del Bautista; pues era necesario hablar de la salvación del pueblo, del perdón de pecados; del amor de Dios que preparó el camino para la llegada de su único Hijo quien vendría a pagar el precio de la rebelión del mundo (Jn 3:16), trayendo luz a este mundo en tinieblas y en sombra de muerte. Se cumple así Isaías 9:2 que dice: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; a los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos”.
Para Meditar: Gracias a Dios por ese amor infinito a la humanidad, por tener un plan perfecto en el que nos encontramos incluidos, y sobre todo por enviar a su Hijo a pagar el precio de la maldad del hombre.