Aquí Jesús se refiere al individuo que lo traicionaría y lo entregaría en manos de sus enemigos. Mucho se ha discutido acerca de si Judas estuvo presente y participó de la Cena del Señor. Los evangelios de Mateo y Marcos ubican el momento de la identificación del traidor al principio de la cena pascual (Mateo 26:21-25; Marcos 14:18-21, ver también Juan 13:21-27). Lucas por su parte lo ubica después de las palabras de institución de la Cena. Lo más probable es que haya comido al menos de la pascua porque Jesús le dio el pan mojado en la salsa que se servía en la mesa. El evangelio de Juan registra, sin embargo, que Judas salió inmediatamente después de que Jesús se lo dio, implicando con ello que ya no participó de la mesa del Señor (Juan 13:30).
Nota doctrinal: La soberanía de Dios y la responsabilidad humana se muestran nuevamente en un balance perfecto en estos versículos porque vemos que Jesús iba a morir “según lo que está determinado” de acuerdo a los planes eternos de Dios para la redención del hombre. Judas, por su parte, actuando por voluntad propia, llevó a cabo sus planes para entregar a Jesús y por eso el Señor proclama un doloroso “ay de aquel hombre por quien es entregado.”