El arresto de Jesús, Lc 22:47-53

Lc 22:47-53“Mientras él aún hablaba, se presentó una turba; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acercó hasta Jesús para besarle. Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre? Viendo los que estaban con él lo que había de acontecer, le dijeron: Señor, ¿heriremos a espada? Y uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Entonces respondiendo Jesús, dijo: Basta ya, dejad. Y tocando su oreja, le sanó. Y Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los jefes de la guardia del templo y a los ancianos que habían venido contra él: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? Habiendo estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí; mas esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas".

En su orden de secuencia, Lucas menciona primero a la multitud y luego menciona a Judas. En este Evangelio “la multitud”, que en la Reina-Valera se traduce como “turba”, se distingue y contrasta con “el pueblo”. La multitud a veces se presenta como hostil a Jesús, mientras que el pueblo generalmente se presenta a favor de él.

Luego de hablar de la multitud, Lucas introduce a uno que “se llamaba Judas” que formaba parte del grupo de los apóstoles, y quien venía al frente de la multitud. La manera en que el traidor identificó a Jesús para ser arrestado fue mediante un beso debido a la oscuridad de la noche, pero a la vez, debido a las circunstancias del momento, este acto representaba el más alto grado de hipocresía.

La acción del intrépido Pedro al querer defender a su maestro revela nuevamente su carácter impulsivo. Los Sinópticos guardan silencio sobre el nombre de la persona que cortó la oreja del siervo del sumo sacerdote al igual que el nombre de este siervo, quizá porque todavía vivían ambos cuando se escribieron los evangelios sinópticos, pero Juan 18:10 da el nombre.

A este momento de su aprehensión Jesús le llama “vuestra hora, y la potestad de las tinieblas”. Éste era el momento asignado por Dios para que se cumpliera su voluntad en la vida de Jesús. “hora”y “potestad” se usan para señalar que al menos en esos momentos Satanás ejercería su autoridad, pero bajo el plan divino de salvación. Todavía Dios Padre manifestaba su soberanía sobre los poderes del mal y las circunstancias adversas que rodeaban a su Hijo.