Mientras Judas el traidor llevaba a cabo sus malévolos propósitos para entregar a su maestro, Jesús por su parte hacía todos los preparativos necesarios para la celebración de la última pascua de la cual participaría con sus discípulos antes de morir crucificado. Lucas ya ha indicado en el versículo 1 que “estaba cerca la fiesta de los panes sin levadura” dando a entender la proximidad de la fiesta y ahora en el versículo 7 declara que, cumplidos los días que faltaban, “llegó el día” de esta gran festividad que en el calendario religioso de los judíos, era la celebración más importante para la nación. Lucas también señala que en esta fiesta “era necesario sacrificar el cordero de la pascua” uniendo así la continuidad de la pascua con la fiesta de los panes sin levadura.
El día del sacrificio del cordero de la pascua era el 14 de nisán y una vez puesto el sol se comía la pascua al anochecer, que de acuerdo al horario judío, ya correspondía al 15 de Nisán. Los evangelios de Mateo (26:17) y Marcos (14:12), mencionan a los discípulos de Jesús preguntándole dónde quería comer la pascua con ellos, Lucas es más preciso y registra que fue Jesús quien tomó la iniciativa para dar las indicaciones para la preparación de la pascua. Las indicaciones dadas por Jesús muestran, por un lado, que buscaba la privacidad con sus discípulos para esta celebración, sobre todo, por el nuevo significado que le daría a los elementos usados para la institución de la Cena del Señor. Por otra parte, Jesús también quería evitar ser arrestado antes de tiempo por los líderes religiosos.
De acuerdo a las indicaciones dadas por Jesús, los discípulos debían seguir “a un hombre que lleva un cántaro de agua.” El que un hombre llevara un cántaro de agua era contrario a la costumbre de la época, ya que, normalmente eran las mujeres quienes lo hacían. Los hombres generalmente usaban odres de cuero para llevar agua o vino. Los discípulos obedecieron fielmente todas las instrucciones dadas por el Señor y fueron “y prepararon la pascua”, es decir, hicieron todo lo que en la ley estaba escrito para la comida de la pascua que incluía el cordero asado, las hierbas amargas, el vino y todos los demás enseres.