LUCAS CAPÍTULO 22

El complot para matar a Jesús, Lc 22:1-6

Lc 22:1-6“Estaba cerca la fiesta de los panes sin levadura, que se llama la pascua. Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo matarle; porque temían al pueblo. Y entró Satanás en Judas, por sobrenombre Iscariote, el cual era uno del número de los doce; y éste fue y habló con los principales sacerdotes, y con los jefes de la guardia, de cómo se lo entregaría. Ellos se alegraron, y convinieron en darle dinero. Y él se comprometió, y buscaba una oportunidad para entregárselo a espaldas del pueblo".

La sección que corresponde a la narrativa de la pasión de Cristo en este Evangelio abarca del 22:1 al 23:56 y comienza con el registro de la traición de Judas, quien por 30 piezas de plata, ofreció entregar a su maestro.

Los eventos de la traición de Judas ocurren cuando “estaba cerca la fiesta de los panes sin levadura, que se llama la pascua.” La celebración de la fiesta de los panes sin levadura y la pascua estaban tan ligadas que a menudo se usaban ambos nombres de manera intercambiable para referirse a la una o la otra. La fiesta de la pascua se celebraba el 14 de Nisan, que era el primer mes del calendario judío, y al día siguiente, comenzaba la fiesta de los panes sin levadura la cual duraba siete días (Éx. 12:15-20).

Los planes malévolos de los líderes del pueblo para matar a Jesús se manifestaron de nuevo en estos días de la fiesta de la pascua al decir Lucas que “buscaban cómo” hacerle para matarlo. Esa resolución ya se había tomado desde la resurrección de Lázaro (Juan 11:47) pero no encontraban la ocasión favorable para hacerlo porque “temían al pueblo” que escuchaba con agrado las enseñanzas del Señor. Los enemigos de Jesús buscaban cómo aprehenderlo secretamente y en lo posible evitar un juicio público que alborotara a todo el pueblo.

La oferta de Judas a los gobernantes del pueblo cayó como anillo al dedo y facilitó que llevaran a cabo sus malignos propósitos, pero aun así formó parte de los designios de Dios sobre la muerte su Hijo. Lucas señala con claridad que desde el punto de vista humano, Judas permitió que Satanás entrara en él, es decir, no que haya quedado endemoniado sino que Satanás ejerció su poderosa influencia en Judas, quien de una vez por todas resolvió entregarlo a las autoridades judías. Los enemigos de Jesús, por su parte, “se alegraron, y ofrecieron entregarle dinero” porque de esta manera salvaban las dificultades que tenían para darle muerte al Señor Jesús.