Los versículos 25-27 registran la respuesta de Jesús a las inquietudes de los dos discípulos sobre el tema que trataban. El pronombre personal “él” usado al final del versículo 24 y al principio del 25 sirve de enlace entre estos dos versículos y le dan continuidad al diálogo. Jesús se refiere a ellos y les dice: “¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! La palabra “insensatos” significa “sin reflexión”, es decir que eran duros de corazón y lentos en creer las profecías. Los judíos creían en las profecías que hablaban sobre la “gloria” del Mesías, pero no creían en aquellas que hablaban de sus “sufrimientos”. Al decirles que debían creer “todo” lo que los profetas habían dicho de él, les daba a entender que no debían tratar las Escrituras de manera selectiva porque esto los podía conducir a la omisión de los pasajes que hablan de los sufrimientos del Mesías. Era necesario que el Cristo primero sufriera y luego entrara en su gloria.
El versículo 27 simplemente declara en unas cuantas palabras la amplia explicación de Jesús sobre lo que el Antiguo Testamento decía acerca de él. Las palabras de inicio “comenzando desde”, implican que Jesús empleó todas las Escrituras, pero mayormente se basó en la Ley (Génesis-Deuteronomio) y en los profetas. Los pasajes siguientes del Pentateuco hablan acerca del Mesías: Gn 3:15; 22:18; Éx 12; Lv 16; Nm 21:9; 24:17; Dt 18:15 entre otros. Los siguientes pasajes de los profetas mayores y menores se refieren también a él: Is 7:14; 9:6,7; 40:10,11; 53:4,5; Jer 23:5; 33:14,15; Ez 34:23; Miq 5:2; Zac 6:12; 9:9; Mal 3:1; 4:2.