La ascensión, Lucas 24:50-53 (Mr 16: 19,20)  

Lc 24:50-53 “Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo. Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo; y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén”.

De entre los autores de los Evangelios sólo Lucas registra la ascensión de Jesús al cielo. Aunque es un relato breve no se le debe restar importancia a la narrativa de Lucas. Quizá él ya tenía en mente una versión extendida de la ascensión al inicio del libro de los Hechos o tal vez también estaba por acabarse un largo rollo como material de escritura.

Al final de los cuarenta días de su ministerio temporal después de su resurrección, el Señor sacó a sus discípulos hasta Betania. Betania estaba situada al otro lado del monte de los Olivos. Lucas dice que estando allí “alzando sus manos, los bendijo”. Esta acción representa una bendición sacerdotal. Esta palabra se repite en los versículos 51 y 53. Como el Mesías resucitado Jesús tenía la autoridad para bendecir. Una manera en que sigue bendiciendo a sus seguidores hoy en día, es a través del ministerio de intercesión que realiza en los cielos conforme lo enseña la carta a los Hebreos (1:3; 4:14; 6:19,20; 7:23-25).

Al igual que el profeta Elías (2 R 2:11), el Maestro “fue llevado al cielo” y desapareció de la vista de sus discípulos. Jesús es el profeta de Dios, pero sobre todo es el Hijo de Dios. Resulta interesante observar que Lucas termina su evangelio relatando brevemente la ascensión; y comienza el libro de los Hechos con la misma narrativa de la ascensión, en una manera más amplia, como una perfecta continuación.

Lucas termina su narrativa retomando el tema del “gozo”, que permea a lo largo de su evangelio y dice que después de adorar a Jesús los discípulos “volvieron a Jerusalén con gran gozo”, y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén”; lo cual es una manera muy apropiada de concluir este inspirador evangelio porque se presenta como un recordatorio para cada cristiano de cada generación a fin de vivir una vida de adoración, entre tanto que se espera el regreso del Señor ascendido. Amén.