Bienaventuranzas y ayes, Lc 6:20- 26 (Mt 5:1-12)  

Lc 6:20-26 “Y alzando los ojos hacia sus discípulos, decía: Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios.21 Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis.22 Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre. 23 Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los profetas. 24 Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo. 25 ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis. 26 ¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas." 

Para meditar: Las bienaventuranzas descritas en este pasaje son un resumen de las que anota Mateo 5:1-12. Mateo habla de la pobreza de espíritu, Lucas sólo de la pobreza a secas, aunque es la misma promesa: “porque vuestro es el reino de Dios”. Asimismo, Mateo incluye “el hambre y sed de justicia…”, Lucas solo menciona “el hambre”, y así sucesivamente, lo anterior no menoscaba el mensaje de Lucas, ni enaltece el mensaje de Mateo. Se tiene que recordar que cada evangelista es un tipo de cronista y escribió de acuerdo a sus propias perspectivas, trasfondos y formación. El ser humano puede expresar buenos deseos a sus semejantes, pero nada se compara con las bienaventuranzas manifestadas en la palabra de Dios, especialmente en el llamado “Sermón del Monte”. En esta elevación de tierra situada en la ribera noroeste del Mar de Galilea en Israel, el Dios-Hombre llamado Jesús proclamó su mensaje de bendición a la raza humana. Un mensaje que se presenta como una antítesis al común denominador del pensamiento egoísta de los hombres.

Para meditar: “Desde el antiguo testamento las bienaventuranzas siempre han sido la primera opción de Dios para el hombre. Se puede recordar la bendición de Deuteronomio 28, en catorce versículos Jehová resume sus bienaventuranzas para un pueblo que tenía delante de él la primera opción de Dios. Después, en el Salmo 1:1-a se describe el tipo de hombre feliz: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos…” y en los salmos, se describe a los hombres dichosos que se refugian en Dios, a los que Él escoge y a los que temen al Señor. Así que las bienaventuranzas contextualizadas que Jesús pronunció en ese famoso monte, dan a conocer la grandeza y bondad de Dios para aquellos que se atreven a beber del vaso que Jesús mismo bebió: el de la pobreza de espíritu, el del hambre espiritual, el del sufrimiento y el menosprecio que el Hijo del Hombre padeció en carne propia.

Nota sociológica: “Las bienaventuranzas expresadas por Jesús no significan ausencia de problemas, al contrario, las dan por sentado. Tiene que ver con la recompensa que Dios da a aquellos que deciden confiar en Él en medio y a pesar de las dificultades que como hijos de Dios se enfrentan aquellos que, con determinación, han resuelto vivir en contracorriente de la filosofía egoísta y vengativa de esta sociedad. Por el contrario, en este mismo pasaje, Jesús revierte estas bienaventuranzas con cuatro ayees: a los ricos les dice que ya tienen su consuelo, a los que en la actualidad dicen estar saciados, les recuerda que tendrán hambre, a los que ahora están riendo, se lamentarán y llorarán y a los que buscan el aplauso y el reconocimiento de la sociedad, pues simplemente les recuerda la historia de cómo sus ancestros trataban a los falsos profetas.

El cristianismo pentecostal ha sido acusado de ser una fuga mundi o una huida del mundo, el cual espera la solución a todos sus problemas en la vida futura y deja el presente en un estado de espera, este concepto aplicado principalmente a la vida monástica no se apropia a los discípulos pentecostales, toda vez, que como han llegado a la conclusión algunos cientistas sociales el pentecostalismo ha devenido en su quehacer cotidiano, en un importante aporte a las clases más desprotegidas de la sociedad, sobre todo en los cinturones de miseria de las grandes ciudades e incluso ha servido para una movilidad social ascendente por el cambio en el estilo de vida de cada persona que se adhiere a este segmento religioso, como lo anota un investigador latinoamericano: “ el templo pentecostal es el más bonito de la favela,(barrio pobre brasileño) sin ser ostentoso, es funcional, está pintado y limpio y es la propia gente la que hace este trabajo, es el lugar de reunión de los vecinos, ahí confluyen las familias cada domingo donde se reencuentran cara a cara. La iglesia pentecostal crea sentido de pertenencia, de comunidad”.