Jesús atiende a una multitud, Lc 6:17-19 (Mt 4:23-25)  

Lc 6:17-19 “Y descendió con ellos, y se detuvo en un lugar llano, en compañía de sus discípulos y de una gran multitud de gente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón, que había venido para oírle, y para ser sanados de sus enfermedades; 18 y los que habían sido atormentados de espíritus inmundos eran sanados. 19 Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder salía de él y sanaba a todos. " 

Para meditar: La estrategia de Jesús para atender a la gente que constantemente le seguía siempre fue efectiva, tanto en sus resultados como en su logística, este pasaje describe que Jesús se detuvo en un lugar llano con el propósito de abarcar más personas en su ministración. Ese mismo ministerio que Jesús ejerció fue delegado a su iglesia, Mateo 10:16 lo describe así: “He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas”. Y en el contexto del envío de los setenta, Lucas 10:19 narra lo siguiente: “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones y toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”. Entonces, ¿Porque existen algunas expresiones del cuerpo de Cristo que creen que algunos dones del Espíritu han dejado de operar y otros continúan?. Si las necesidades humanas son las mismas, si la actividad demoniaca ha seguido su curso en todas estas centurias, si se reconoce por propios y extraños que la obra de la iglesia jamás se podrá llevar a cabo separado del Señor Jesucristo y de su Santo Espíritu, entonces ¿Cuál será la razón para pensar que la iglesia del Señor Jesucristo, podría operar sin las capacidades extraordinarias prometidas y ejercidas a plenitud por el mismo Jesús y sus discípulos?

Para meditar: “El esfuerzo y el sacrificio que hicieron las personas que vinieron desde las costas de Tiro y de Sidón es digno de mencionarse ya que este pasaje habla de dos regiones geográficamente retiradas. Entre Jerusalén, por ejemplo, y Sidón, se promedian 200 kilómetros de distancia en línea recta, sin duda, dada las dificultades de ese tiempo, un recorrido nada fácil de transitar. Sin embargo, cuando las personas tienen una necesidad espiritual no dudan en recorrer grandes distancias y buscar a quien le ofrezca solución a sus problemas y sanidad a sus cuerpos físicos.

Jesús ya no está físicamente en esta tierra, pero ha dejado a su embajadora plenipotenciaria: su iglesia, su palabra y por supuesto su Espíritu Santo. Además, la promesa universal para cada ser viviente que invoque, que llame o que clame al Nombre de Jesucristo, como lo describe Romanos 10:8,9,13: “… Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo… porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”