Jesús calma la tempestad, Lc 8:22-25 (Mt 8:23–27; Mr 4:35–41)  

Lc 8:25 “Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?" 

A continuación viene la doctrina, Jesús reprende ahora a sus discípulos diciéndoles ¿dónde está vuestra fe? La fe era la clave, pues debieron confiar en su Maestro, o simplemente reprender la tormenta, pero estaban aprendiendo. Ya conocían que Jesús tenía poder sobre la enfermedad y la muerte era el momento de conocer que también los mares le obedecían. “Se maravillaban”, la pregunta es curiosa pero comprensible ¿Quién es éste…? Es curiosa, pero ¿Qué era más espectacular? ¿Calmar una tormenta o resucitar a un muerto?, portento que habían visto antes del Señor.

Se entiende por qué asombra más la tormenta, pues la vida de los discípulos estaba en riesgo, mientras que en la muerte o enfermedades sanadas, ellos no estaban involucrados. Siempre los milagros serán más grandes cuando somos nosotros los beneficiados.