El endemoniado gadareno, Lc 8:26-39 (Mt 8:28–34; Mr 5:1–20)  

Lc 8:38-39 “Y el hombre de quien habían salido los demonios le rogaba que le dejase estar con él; pero Jesús le despidió, diciendo: 39 Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán grandes cosas ha hecho Dios contigo. Y él se fue, publicando por toda la ciudad cuán grandes cosas había hecho Jesús con él” 

El único hombre bueno de Gadara ahora quería salir de ahí, antes amaba los sepulcros, pero ahora amaba a Jesús. El texto dice que rogaba que le permitiera ir con él. Pero se negó a conceder la petición del hombre, pues ahora tenía una misión, convertirse en un misionero en tierra de gentiles, pues el hecho de tener cerdos, confirma que no eran judíos. Jesús una vez más, como lo hizo con la mujer siro-fenicia, (Mr 7:24-30) principia a ”ir por todo el mundo” En el momento de la tormenta los discípulos no comprendieron porque tener que atravesar el mar e ir a tierras extranjeras. Después de ver la liberación de este hombre, se dieron cuenta que todo es parte del plan de Dios.