Jesús anuncia su muerte, Lc 9:21-27 (Mt 16:21–28; Mr: 8.31-9:1)  

Lc 9:23 “Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”.  

Después de hacer la pregunta sobre la identidad del Cristo a los doce, ahora Jesús se dirige a la gran cantidad de personas que lo escuchaban y esperaban verle hacer milagros. Si alguien quiere ser un seguidor de Jesús tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz cada día y así le podrá seguir, no entendieron que el sentido era figurado, no se trataba de tener una cruz literal, sino de la autonegación que debe tener cada seguidor de Jesús, de otro modo nunca podría cumplir con su propósito. El creyente debe negarse a sí mismo, renunciar a los placeres pasajeros, a las metas egoístas, a la búsqueda de la fama o riqueza. Pablo lo expresa así:  “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. (Gá 2:20).