Ahora es Jesús quien pregunta. Su pregunta era retadora, pues los judíos conocían la promesa de que el Mesías llegaría, para liberar a su pueblo y sería descendiente del rey David (Isaías 7:14; 9:6; 11:1: Jeremías 23:5-6; 33:14-15; Mateo 1:23), pero siempre lo veían como un hombre. Un hombre especial desde luego.