Que interpretación más precisa había dado éste, respaldando de alguna manera lo que Jesús había hecho volcando las mesas (11:15-17) y adelantándose al anuncio de que de ese templo que tanto adoraban, “no quedaría piedra sobre piedra” (13:2) Jesús felicitó al escriba abriéndole las puertas de la salvación en su pronto sacrificio en la cruz: “No estás lejos del reino de Dios,”