Una vez que Jesús paso tiempo con sus discípulos y celebraron la pascua, entonaron algunos salmos al finalizar la reunión. Se cree que hayan sido los Salmos 113 y 118 que regularmente se cantaban durante la fiesta de la Pascua 4. Ahora, camino al monte de los Olivos, Jesús informó a sus discípulos sobre lo que habría de acontecer en las siguientes horas. Por un lado, Jesús iba a ser entregado por Judas y con esto todos saldrían huyendo a esconderse por temor a represalias. Las palabras citadas por Jesús correspondían a Zacarías 13:7; y después de esto, Jesús volvería a reunirse con ellos en Galilea luego de la resurrección.
Para meditar: ¿Cuán difícil ha de haber sido para Jesús aquellas horas de la noche? Él sabía que pronto iba a ser traicionado y entregado para ser azotado. Sus discípulos lo abandonarían y se quedaría solo. Hasta este momento él contaba con la compañía de todos, pero pronto no habría más cantos, fiestas ni amigos. Sin embargo, y muy a pesar de lo que estaba por acontecer, la perspectiva del maestro miraba hacia un futuro victorioso. Les recuerda que también resucitaría y que los volvería a ver en Galilea.
4 Craig S. Keener, Comentario del Contexto Cultural, Editorial Mundo Hispano.