Confuso Pilato, y al no encontrar razón para condenar a Jesús (Lc 23:14), aprovechó la oportunidad de los días de fiesta donde cada año soltaban a un preso. Pilato esta vez se dirigió a la multitud quizá porque esperaba mejor favor del pueblo, sin embargo, la multitud ya había sido persuadida por los líderes sacerdotales para pedir que se soltase a Barrabas un preso que había sido condenado por asesinato y rebelión contra el imperio romano (Lc 23:25).