Llama la atención que en esta aparición el Cristo resucitado se presente en “otra forma”. Del relato de Lucas 24:13-35 entendemos que iban rumbo a Emaus, una población que distaba de Jerusalén sesenta estadios (once kilómetros o 7 millas). Uno de ellos se llamaba Cleofas. Caminaron con Jesús acompañándoles y no se dieron cuenta de su identidad. Después de “abrirles las Escrituras” y demostrar que el Cristo debía morir y resucitar, desapareció.