Parábola de la semilla de mostaza, Mr 4:30-34 (Mt 13:31-32; Lc 13:18-19) 

Mr 4:30-32 Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos?  Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; pero después de sembrado, crece, y se hace la mayor de todas las hortalizas, y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra.  . 

Jesús iniciaba esta parábola con una pregunta doble, y una respuesta sorprendente, un grano de mostaza, una semilla tan pequeña como la cabeza de un alfiler, que tiene un diámetro como de 1mm y caben 750 semillas aproximadamente en un gramo, una figura muy común para los judíos, en esa época se le consideraba la semilla más pequeña de las hortalizas, pues era una planta muy conocida en la tierra de Palestina, y su peso es similar al de la semilla de lechuga. A diferencia de la parábola anterior, se centra en el inicio (la semilla) y el final (un árbol donde los pájaros hacen sus nidos).

Marcos y Lucas, como textos paralelos utilizan la frase Reino de Dios, Mateo por su parte escribe Reino de los cielos, pero no se refieren a diferentes lugares o tiempos, ya que los evangelios fueron escritos para distintos tipos de personas. Mateo escribió a los judíos, quienes tenían la costumbre de evitar el nombre de Dios, por lo que se utilizó la palabra “cielos” para referirse a Dios sin decir su nombre. Esta frase no quiere decir allá arriba sin nada que ver en la tierra, sino el reino de Dios, aquí y en el cielo.

Para meditar: Jesús vino a esta tierra, nació, creció y fue crucificado, como la semilla que cayó en tierra, pero su mensaje que inició con doce hombres ha ido creciendo de tal manera, que ahora ya es como un árbol hermoso, que cada día va creciendo hasta que él venga en su reino.