Jesús, sana a los enfermos en Genezaret, Mr 6:53-56 (Mt 14.34-36) 

Mr 6:53-56 “Terminada la travesía, vinieron a tierra de Genesaret, y arribaron a la orilla. 54 Y saliendo ellos de la barca, en seguida la gente le conoció. 55 Y recorriendo toda la tierra de alrededor, comenzaron a traer de todos partes enfermos en lechos, a donde oían que estaba. 56 Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos”.  

Marcos reiteró la importancia de los milagros de sanidad en el ministerio de Jesús. Los prodigios efectuados por el Maestro contribuyeron de manera importante a su fama. En una época carente de conocimientos y servicios médicos adecuados, cualquier patógeno alteraba gravemente la vida de una persona, o la destruía. Los actos de sanidad de Jesús servían a varios propósitos: verificaban la procedencia divina de Jesús, anunciaban la llegada del reino de Dios, revelaban el carácter compasivo del Señor y su poder salvador, y aliviaban la necesidad de la gente.

Nota doctrinal: La iglesia primitiva oró pidiendo la manifestación del poder de Dios en señales y prodigios, en función del ministerio de proclamación del Evangelio (Hechos 4:29-31). Las manifestaciones de poder son importantes hoy como testimonio a las personas de mentalidad, tanto moderna, como postmoderna.

Para meditar: Algunos se apoyan en estrategias humanas para atraer a las multitudes. Jesús no requería de ardides publicitarios, simplemente se entregaba al servicio de la gente, y ministraba de gracia a sus necesidades. Por ello las multitudes lo siguieron.