Jesús sana a un muchacho endemoniado, Mr 9: 14-29 

Mr 9:15 “Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron”. 

El deseo de comunión íntima con la divinidad es patente en muchos ángulos del ser humano, la multitud que observaba el debate entre los nueve discípulos y los escribas, al voltear y ver a Jesús con el aspecto evidente de haber estado en contacto con el Padre celestial; corrió estrepitosamente para saludar al hijo de Dios.

Para meditar: Al igual que Pedro, Jacobo y Juan, los cristianos han experimentado la comunión maravillosa y gratificante con su Salvador “en la montaña”, pero no se pueden estacionar ahí para siempre, es necesario bajar y responder a las necesidades de este mundo sin Cristo, y compartir las buenas nuevas de salvación y el mensaje de esperanza a un mundo caído.