Jesús sana a un muchacho endemoniado, Mr 9: 14-29 

Mr 9:21-22 “Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos”.  

La actitud del padre del muchacho es muy conmovedora. Originalmente había venido buscando al mismo Jesús; como no estaba presente, sino, en la cumbre de la montaña, el padre afligido vino con los discípulos para que le auxiliaran, y su experiencia con ellos había sido descorazonadora. En su abatida angustia, recurrió ahora a Jesús, y todo lo que pudo decir fue: “Ayúdame, si puedes”. El padre desesperado le describe a Jesús la condición de su hijo endemoniado. El espíritu maligno tiraba y sacudía al niño de manera violenta, casi destrozándolo, y debido a lo anterior el muchacho estaba cada vez más débil, de tal manera que su padre tuvo que cargarlo para traerlo ante el Señor.