La narrativa nos dice que la ropa de Jesús se volvió resplandeciente. De tal magnitud era la presencia majestuosa del Señor de Señores que Marcos usa la palabra griega “stilbein” que indica los destellos radiantes de una superficie pulimentada de metales como bronce, oro, acero bruñido; o en referencia al dorado resplandor de la luz del sol.