Dejando de lado toda especulación, la respuesta más sencilla es la presencia de Moisés como el gran legislador que había traído la Ley al pueblo de Israel; y a Elías como al primero y más grande de los profetas, conjunción de cualidades que Jesús había venido a cumplir (Mt. 5:17; Lc. 24:27, 44). Ellos llegaron, para animar a Jesús a seguir los pasos que la Ley y los Profetas señalaban que tendrían su culminación en Él.