Los escribas y fariseos le piden señal a Jesús, esta petición es otra evidencia del rechazo hacia todas las evidencias anteriores, demandan una señal que no requiera la fe, en el fondo es un insulto, una hipocresía y es un descaro total.
Jesús responde con dos adjetivos que califican a la generación que de acuerdo con los profetas les sería revelado el mesías, la palabra mala se refiere a lo degenerado que se aleja más y más del modelo original y adultera es el término para señalar el alejamiento que Israel tiene de su relación de pacto con Dios.
Jesús en su gran misericordia todavía ofrece una última señal que es la resurrección, aprovecha la oportunidad para anunciar su muerte y resurrección. Jesús pone de ejemplo a dos generaciones que eran malas y adulteras pero que con menor evidencia que la que ellos estaban presenciando fueron suficiente para producir un genuino arrepentimiento. El primer ejemplo es Nínive que se arrepintió a la predicación de un profeta que con un pobre mensaje generó un cambio. El segundo ejemplo es la reina del Sur quien al oír la sabiduría del rey Salomón se arrepintió.. Advierte Jesús que esas dos generaciones serán la medida de juicio para los que no respondan a la última y gran señal, la resurrección del Mesías.
Para Meditar: La salvación nunca ha sido provista por Dios a través de las evidencias, desde Abraham hasta Cristo ha sido la fe en el Salvador, las señales son usadas para acercar al pecador al hacedor de milagros, pero la salvación es solo por la fe. Muchos obtienen su milagro y se alejan del hacedor de milagros. Las señales refuerzan la fe genuina pero las señales nunca sustituirán la genuina fe.