Mateo 15:22 “Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí! Mi hija es gravemente atormentada por un demonio”.

Se resalta el hecho de que una mujer griega y siro-fenicia tuviera mayor discernimiento que muchos judíos -fariseos- pues se dirigió a él con respeto y diciéndole: “Señor”; y además añade “Hijo de David” proclamándolo como el Mesías prometido.

Esta mujer no era judía, sino más bien descendiente de los cananeos, una raza inmoral que había sido señalada en el Antiguo Testamento para su extinción. Algunos sobrevivieron por la imprudencia y desobediencia de Josué. Ella como gentil era ajena a toda esperanza y no era apropiado dirigirse hacia él, por esta razón al principio el Señor no le respondió.

“Gran fe se nota en estas palabras de la cananea: cree en la divinidad de Cristo cuando lo llama Señor y en su humanidad cuando le dice hijo de David. No pide ella nada en nombre de sus méritos, invoca sólo la misericordia de Dios, diciendo: «Ten piedad». Y no dice ten piedad de mi hija, sino de mí, porque el dolor de la hija es el dolor de la madre y a fin de moverlo a compasión, le cuenta todo su dolor. Por eso sigue: «Mi hija es malamente atormentada por el demonio». En estas palabras descubre ella sus heridas al médico y la magnitud y características de su enfermedad. La magnitud, cuando dice: «Es atormentada malamente» y las características por las palabras: «por el demonio»”. (Catena Aurea, Tomás de Aquino)

“Ten misericordia de mí”, el amor materno se apropió del dolor y sufrimiento de su hija al grado de identificar no sólo el padecimiento sino la fuente del mismo. Ella reconoció que sólo por gracia obtendría la respuesta.

“Gravemente atormentada por un demonio” -κακῶς δαιμονίζεται (kakós demonidsete). Kakós se refiere en sentido físico, gravemente enfermo y estar sufriendo atormentado por un demonio; demonidsete, implica estar poseído por un demonio o actuar bajo el control de uno y comúnmente se traduce como endemoniado. La súplica era para que el espíritu inmundo dejara de ejercer su influencia en la salud de su hija.