No digáis a nadie la visión

Mateo 17:9-13 “Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos. Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista”. 

No era la primera vez que Jesús les pedía discreción a sus discípulos sobre este tipo de experiencias. Una de las razones es que las multitudes no iban a entenderlas y la otra es que todo tiene su tiempo en los planes de Dios. Estos son exactos y se cumplen con puntualidad.

Para Meditar: Al caminar cuesta bajo de aquel monte, sin duda que las preguntas de los discípulos hacia su maestro salieron en tropel de los labios de ellos. Jesús les ordena, “no digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos”. ¿Por qué hasta que el Hijo del Hombre resucite? Porque la resurrección de Jesucristo revelaría de forma por demás clara y contundente todo el propósito de Dios en la redención humana a través del sacrificio de Jesús. La mayoría de las enseñanzas y actos que Jesús hizo, los discípulos lo entendieron después de la resurrección de éste.

Un buen ejemplo se observa cuando Cristo le lavó los pies a Pedro: “Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después” (Jn 13:7). Aun así, no siempre es fácil comprender los propósitos de Dios para nuestras vidas, el mismo Señor Jesucristo, ya resucitado les reprochó a sus discípulos su incredulidad y dureza de corazón porque no habían creído a los que le habían visto resucitado (Mc 16:14).

Lucas habla de un hecho importante: “Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén” (Lc 24:45-47). Sin duda, siempre tendremos necesidad de ayuda para entender y aceptar los planes de Dios para nuestras vidas, hoy, Jesucristo no está presente físicamente, pero se nos dejó el Consolador, el Espíritu Santo y la palabra de Dios como nuestro manual de vida por excelencia.

Elías ya vino… Una vez más el cumplimiento profético está en el discurso de Jesús ya que meses atrás había indicado bajo qué tenor había venido Juan el Bautista: “Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir” (Mt 11:14). Notemos que en el pensamiento de los discípulos siempre está latente la posibilidad del “reino ahora”. La expresión “y restaurará todas las cosas”, revela esa inquietud y se la preguntan directamente a Cristo, lo que hace el maestro es recordarles todo lo que le hicieron a Juan el Bautista y asemejarse a él en la persecución. La profecía registrada en el último libro del Antiguo Testamento se había cumplido: “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible (Mal 4:15).