Esta es la única ocasión que se menciona en la biblia que Jesús impusiera manos para bendecir a una persona. En otras ocasiones Jesús impuso manos para sanar (9:18; Mr 5:23; 6:5; 7:32; 8:23,25; Lc 4:40, 13:13). Es probable que los discípulos creyeran que era tiempo perdido que Jesús se detuviera a atender a los niños. Cristo, además de bendecirlos hace la aclaración que a ellos les pertenece el reino de los cielos. Marcos lo explica puntualmente: “De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él“ (Mr 10:15).