Jesús y los juramentos
Mateo 5:31-32 “Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.”

Nadie debe jurar en falso. De hecho Jesús no concebía la idea del perjurio, más bien animó a ser firmes en cada una de nuestras declaraciones; porque el hombre de doble ánimo nunca es constante (Stgo.1:8) por lo tanto no es confiable y carece de integridad. En cambio, la escritura nos enseña que debemos siempre hablar con la verdad ante los demás creyentes (Efe.4:25) y ser firmes con todos nuestros compromisos (Ecl 5:4).