Las palabras pueden engañar, pero las obras de Jesús eran las que manifestaban su naturaleza divina, sin embargo, los judíos no lo podían entender y exclamaban con un sesgo de desesperación “¿Hasta cuándo nos turbarás el alma?” puede considerarse también como ¿Hasta cuándo nos molestas?” o “¿Hasta cuándo nos quitas la vida? Sin lugar a duda estas personas pedían pruebas de su deidad no para seguirlo sino para acusarle.
La estrategia de Jesús no fue decir públicamente que era el Mesías, sin embargo, decía de sí lo que permitiera a los demás poder concluir quien era Él (Jn:7:37, 38; 8:12, 35, 36, 58). Muchos pudieron entender su señorío y deidad, como el ciego de nacimiento a quien devolvió la vista y la mujer samaritana, pero sus enemigos en realidad no le conocieron porque no eran parte de sus ovejas.
Para Meditar: La gratitud de los hijos de Dios deberá ser permanente por su amor y cuidado, por su protección constante dando seguridad que nada ni nadie los arrebatará de su mano, el Pastor de pastores tiene sumo cuidado de lo que el Padre le entregó y sin lugar a duda cumplirá su promesa de otorgar la vida eterna a los que le sigan.