Capítulos: Selecciona otro comentario:

   

Jesús, el buen pastor, Jn 10:7-21  

Jn 10:7-10 “Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”

Cuando Jesús declaraba que otros antes que El habían venido eran ladrones y salteadores, no se refería a Abraham, Moisés, Isaías, u otros profetas. Sino que lo más seguro era que se refería a los líderes religiosos de esos días, sus opositores contemporáneos con quienes había tenido enfrentamientos y a todos los líderes anteriores, semejantes a ellos.

Una nueva declaración hizo el Señor Jesús identificándose como la puerta, pero no solo eso, sino que se ubica como el Yo Soy, recordando esta frase, la declaración hecha a Moisés cuando lo llamó para que le representara ante el Faraón y dándole total seguridad para enfrentar cualquier cuestionamiento del opresor del pueblo de Israel.

Nota Doctrinal: Hoy, cuando maestro dice: “Yo soy la puerta” está declarando que no hay otro lugar de acceso (Hch 4:12). Esta expresión se encuentra en varios pasajes de Nuevo Testamento (Lc 13:24; Hch 14:27; 1 Co 16:9). Esta puerta es una esperanza para la humanidad sin rumbo, una luz al que está en tinieblas, ya que representa la entrada a la salvación porque es Cristo el único que permite la entrada a un estado espiritual seguro, aunado a una vida saciada de alimento bueno que es la palabra que sale de su boca.

Poder entrar y salir por la puerta que es Cristo, nada tenía que ver con que la persona volviera al mundo, esa frase para los judíos era sinónimo de confianza y libertad. Confianza para que donde se movieran, la protección de Dios les acompañara (Sal 121:8), porque su fin era proporcionar la vida y vida en abundancia, es decir sin restricciones.

La abundancia que se menciona en este pasaje, significa lo que va más allá de lo necesario, o bien algo extraordinario, de modo que se puede llegar a la conclusión que Jesús otorga la vida en lugar de quitarla. Una característica triste de los ladrones es arrancar la vida, pero la del buen pastor es otorgarla de forma integral incluyendo salvación, protección, curación y todo lo que requiera la oveja para que tenga calidad de vida.

La revelación que hace Jesús del enemigo en este pasaje es contundente ya que lo presenta tal como es, el engañador y destructor que nunca le interesará el bienestar del ser humano ya que no ha hecho ningún sacrificio por ellos, así como los falsos pastores que son engañadores desde el principio.