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El discípulo amado, Jn 21:20-25.

Jn 21:20-23 “Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar? Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú. Este dicho se extendió entonces entre los hermanos, que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti?".

Pedro no se quejó de su destino. Lo aceptó, pero quiso saber lo que a otros les ocurriría. Interesante actitud, muy humana, a pesar de todo, Pedro seguía siendo Pedro.

Jesús sí que es un caballero en su forma de responder a las dudas de sus seguidores, aús cuando éstas no les corresponden. Un lenguaje más coloquial le hubiera llevado a decir: “no te metas en asuntos que no te competen”, pero Jesús no es así. El futuro de otros, como el propio, está únicamente en manos de Dios, es Él quien decide qué pasará en cada vida y está en su sola potestad el informar o no al hombre de su futuro. Suavemente Jesús le dijo a Pedro que no tenía necesidad de investigar el futuro de nadie más, y que si en su caso le dijo algo de cómo sería el suyo, no implicaba que lo haría con todos.

Jesús no tiene obligación de decir nada del futuro, sin embargo de manera general ha dejado una guía para entender los tiempos que vivirá la humanidad, pero a nivel personal es todavía más limitada su acción para decirnos qué pasara individualmente. Si bien puede usar a una persona para describir el futuro que le espera a alguien (Hch 21:10,11), es algo que tratará directamente con cada uno de sus hijos.

El apóstol Juan aclara los rumores sobre la declaración de Jesús, como para recordar a los de su época y a todos, que se debe cuidar de entender y estudiar las palabras de Jesús detalladamente. Una mala interpretación de sus dichos puede llevar a errores. En este caso, los hermanos pensaban que Juan viviría hasta la venida de Cristo, en realidad algo sin trascendencia pero que causó el morbo y curiosidad de los que lo oían; sin embargo, si no hay cuidado, otro tipo de malas interpretaciones se pueden dar (y se han dado) generando graves fallas en la enseñanza que se da a los creyentes.

Para Meditar: Cuán importante es entonces que se lea y escudriñe bien la Escritura, prestando atención a cada palabra de Jesús sin desviar su mensaje.