El siervo vigilante, Lc 12:35-40  

Lc 12:35-38 “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; 36 y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida 37 Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. 38 Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos".

Ocurre algo maravilloso en la narrativa del Señor y es totalmente sorprendente. El Maestro enseña en esta parábola que los esclavos que velan prudente y pacientemente por la llegada del novio serán felices. Lucas habla en los versículos 37, 43, 45, 46 y 47, de las personas que sirven en la iglesia. Estos versículos no se refieren a un futuro profético; sino a vivir listos esperando el gran momento de su Señor. Pues según la apreciación de su señor, el novio, tomará el lugar de ellos y será él mismo que se ceñirá, los hará sentar a la mesa, como si fueran invitados muy especiales, y les estará sirviendo (Lc 22:24-27 se volverá a cumplir) . Sea cual fuere la hora. No importará nada de esto, el amo servirá a los esclavos. (La segunda vigilia era de las 9 pm y a las 12 am, y la tercera era de las 12 am a las 3 am. En aquellos tiempos eran horas muy cansadas puesto que no había luz eléctrica. La gente estaba agotada en estas vigilias, pero si el siervo era prudente y fiel estaría velando.) ¡Felices serían estos siervos si su señor los hallaba firmes en su puesto!